jueves, 26 de marzo de 2009

Brave New World

Así es, acabo de terminar de leer Un Mundo Feliz. La verdad, yo no soy bueno sacando conclusiones de un libro, enseguida la cabeza se me hace cinco nudos y no hay manera de deshacerlos, pero intentaré daros mis impresiones sobre esta obra de Aldous Huxley.

Un mundo donde la sociedad se clasifica en cinco grupos desde los Alfa hasta los Epsylon, todos nacidos de probetas y todos destinados a una función. Esta idea se puede asemejar al film de Gattaca, puesto que aquí los epsylon, enanos y deformes, están destinados a hacer las peores labores, mientras que los Alfa son incluso dotados de conciencia propia.
Todo parece un mecanismo perectamente estructurado, todas las piezas encajan, todos son felices y si no, se toman unas pastillicas de soma ("un gramo a tiempo te pone contento") y arreglado. Hipnopedia, cine que se aprecia con los cinco sentidos, música perfumada...Siempre hay entretenimiento y maneras de pasar el tiempo.
Y pronto empiezas a darte cuenta de que la felicidad que se describe en este libro es una libertad esclavista. El mundo es perfecto pero la gente es incapaz de darse cuenta que son esclavos de esa felicidad.
Un fragmento que me hizo bastante gracia decía sobre la economía y los procedimientos hipnopédicos. Hubo un tiempo en que a los niños se les incitaba en sus horas de sueño a que fueran al campo y así gastasen su dinero en transporte público. ¿Problema? "El amor a la Naturaleza no da trabajo a las fábricas". Y la solución fue simple: se les enseñaba a los bebés una rosa y cuando iban a cogerla,sonidos de alarmas y explosiones y calambrazo al canto.

Luego está Bernard Marx, que no sabe dónde caerse muerto, con continuos altibajos durante toda la novela, pero con algo claro: por mucho que lo niegue, siempre está lamiéndole el culo a alguien. Al principio está deprimido porque le tratan por raro, luego es feliz porque se siente especial, más tarde cree ser el number uan conociendo a John para terminar otra vez en lo más fondo de la humillación. Se siente diferente, pero lo único que le importa es ser uno más de las masas; "Todos pertenecemos a todos."

Pero el clímax del libro se encuentra sin duda en la conversación final, el debate entre John, Mustafá Mond y Helmholtz en menor medida. Os dejo con un fragmento del diálogo bastante lapidario y siento ser tan pobre en el análisis, pero la mitad de las ideas que tengo no salen de la cabeza:

-¿Creen entonces que no hay Dios?
-No; creo probablemente que lo hay, pero se manifiesta de diversas maneras en diversos hombres
-¿Cómo se manifiesta ahora?
-Bien; se manifiesta como una ausencia; como si no existiese en absoluto.
-Culpa de ustedes.
-Culpa, en todo caso, de la civilización. Dios no es compatible con lás máquinas y la medicina científica y la felicidad universal. Hay que escoger.

2 comentarios:

  1. Pregúntate una cosa: ¿No sientes de repente la necesidad de prolongar el uso de tus posesiones? ¿De reparar todo lo reparable, en lugar de reemplazarlo, y así no ser un engranaje más de ese sistema?

    Ahora te toca leer 1984

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  2. "Vale más desechar, que tener que remendar."
    "Cuanto más remiendo, más pobre me encuentro."

    El problema es que el hombre no funciona en solitario, tiene la necesidad de formar parte de una sociedad.

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